El sistema circulatorio se encarga de recoger del tubo digestivo los nutrientes absorbidos tras la digestión y, de las superficies respiratorias, el oxígeno incorporado, para distribuirlos por todas las células del organismo; además recoge los productos de desecho de las células para llevarlos a los órganos excretores que se encargarán de evacuarlos al exterior. También transporta hormonas desde las glándulas endocrinas hasta los tejidos blancos, ayuda a mantener el equilibrio hídrico del organismo y a la homeostasis en los animales homeotermos, y defiende al cuerpo contra los microorganismos invasores.
Sistema linfático. Además del sistema circulatorio sanguíneo, los vertebrados poseen un subsistema del sistema circulatorio denominado linfático, que consta de una extensa red de vasos linfáticos que conducen linfa (procedente del líquido intersticial) y tejido linfático (rico en linfocitos). Tiene tres funciones principales:
· Colectar y devolver el líquido intersticial a la sangre.
· Defender al cuerpo contra los organismos patógenos a través de mecanismos inmunitarios.
· Absorber lípidos del aparato digestivo.
Sistema linfático. Además del sistema circulatorio sanguíneo, los vertebrados poseen un subsistema del sistema circulatorio denominado linfático, que consta de una extensa red de vasos linfáticos que conducen linfa (procedente del líquido intersticial) y tejido linfático (rico en linfocitos). Tiene tres funciones principales:
· Colectar y devolver el líquido intersticial a la sangre.
· Defender al cuerpo contra los organismos patógenos a través de mecanismos inmunitarios.
· Absorber lípidos del aparato digestivo.