El ADN tiene las bases adenina, guanina, timina y citosina; mientras que el ARN en lugar de timina tiene uracilo.
El ADN está formado por dos cadenas de nucleótidos mientras que el ARN es de cadena sencilla.
El carbohidrato (monosacárido –pentosa de 5C- en ADN es la Desoxirribosa y en ARN, la Ribosa).
Una característica extraordinaria de las moléculas de ADN que se dan en la naturaleza es su longitud. Una molécula de ADN debe constar de muchos nucleótidos para portar la información genética necesaria incluso para los organismos más sencillos.
El ADN está formado por dos cadenas de nucleótidos mientras que el ARN es de cadena sencilla.
El carbohidrato (monosacárido –pentosa de 5C- en ADN es la Desoxirribosa y en ARN, la Ribosa).
Una característica extraordinaria de las moléculas de ADN que se dan en la naturaleza es su longitud. Una molécula de ADN debe constar de muchos nucleótidos para portar la información genética necesaria incluso para los organismos más sencillos.
El modelo de doble hélice del ADN y la presencia de pares de bases específicos sugirió inmediatamente cómo podría replicarse el material genético; la secuencia de bases de una hebra de la doble hélice determina de manera precisa la secuencia la otra hebra. Una base de guanina de una hebra se empareja siempre con una base de citosina de la otra hebra; una base de adenina siempre con una de timina y así sucesivamente; por tanto, la separación de la doble hélice en sus dos cadenas componentes producirá dos moldes de hebra simple sobre los que se podrán formar nuevas dobles hélices, cada una con la misma secuencia de bases que la doble hélice original; como consecuencia, al replicarse el ADN, una de las cadenas de cada molécula del ADN descendiente se sintetizará de nuevo, mientras que la otra se transmitirá intacta desde la molécula del ADN original; lo que se conoce como replicación semiconservadora.