Los británicos Charles Darwin y Alfred Russel Wallace trabajaron de forma independiente, realizaron extensos viajes y, casualmente, desarrollaron la misma teoría acerca de cómo cambió la vida a lo largo del tiempo así como también el mecanismo para ese cambio: la selección natural.
Darwin (1809-1882) nació en Shrewsbury, Inglaterra e hizo estudios inconclusos en medicina y para clérigo. Tanto su abuelo Erasmus Darwin como su padre Robert W. Darwin, eran médicos renombrados. Ambos ejercieron sobre él una gran influencia.
Darwin era aficionado a la geología, lo que le permite más adelante hacer interpretaciones sobre los estratos geológicos en los procesos de fosilización. El Almirantazgo Británico realizó una expedición cartográfica alrededor del mundo, e invitó a Darwin a realizar estudios sobre botánica, zoología y geología. A la edad de 22 años, Darwin se embarcó el 27 de diciembre de 1831 en el H.S.M. Beagle. El viaje duró 5 años, comenzando por las costas de Sudamérica y luego alrededor de todo el mundo
Darwin colectó especimenes de plantas, animales y fósiles y realizó extensas observaciones geológicas. Se percató que había una gran diversidad de especies de plantas y animales en las costas tropicales a diferencia de las especies europeas. En un principio, estaba convencido de la invariabilidad de las especies, sin embargo al advertir la gran diversidad empezó a dudar de ello. Cuando desembarca en las islas Galápagos, frente a Ecuador, observó las especies de pinzones y tortugas gigantes y advirtió sus adaptaciones a los diferentes hábitats isleños, qué, aunque emparentadas entre sí, las formas estaban diferenciadas.
Darwin sabía que el hombre había podido producir diversas y múltiples formas de vegetales y animales domesticados por medio de la selección artificial (por ejemplo, variedades de maíz, razas de perros, etc.). Este es un modelo de lo que ocurre en la naturaleza como resultado a cambios parecidos de las fuerzas naturales durante largos períodos de tiempo.
Darwin estaba convencido que las especies de animales se desarrollan en direcciones muy diversas tan pronto como se aíslan geográficamente unas con otras (principio de la idea de la variabilidad). Sin embargo no sabía el mecanismo de cómo se llevaba a cabo, hasta que llegó a sus manos el libro “Ensayo sobre el Principio de Población”, de Robert Thomas Malthus (1766-1834). Éste menciona que mientras las poblaciones humanas crecen en una proporción geométrica (por ejemplo, 4, 8, 16, 32, etc.), los alimentos crecen en una progresión aritmética (por ejemplo, 2, 4, 6, 8, etc.) lo que trae como consecuencia las guerras y la muerte por hambruna. Darwin pensó que en el reino animal pasaba lo mismo, que los animales tenían que competir entre los de su misma especie y con los de distintas especies para sobrevivir, deduciendo la “lucha por la existencia” (principio del pensamiento maltusiano).
Darwin observa que los animales depositan miles de huevos, sin embargo la población permanece constante, y concluye que casi todos mueren a una edad temprana y únicamente los individuos más fuertes, rápidos, astutos o con buen camuflaje escapan de sus predadores, lo que no sucede con los débiles. El ambiente actúa como filtro, realiza un proceso de selección natural de los individuos, eliminando aquellos que no se aclimatan, los que sufren los embates de los agentes patógenos o la competencia (principio del concepto de la selección natural).
Darwin plasmó lo anterior en su obra, pero sus planes se vieron frustrados por Alfred Russell Wallace (1823-1913). Wallace pasó muchos años en Sudamérica recolectando animales para los museos ingleses. En 1854, abandonó Inglaterra para estudiar la historia natural de Indonesia. Al hacer un recorrido por el Archipiélago Malayo observó que su fauna se asemejaba a las especies de Asia. De esta manera dedujo que las especies podían transformarse y en julio de 1858 publica sus ideas en un artículo, el cual, define por primera vez el rol de la selección natural en la formación de las especies. Al revisar la obra de Malthus, llega a la misma conclusión que Darwin en la lucha por la existencia en el reino animal.
Wallace envía a Darwin un manuscrito en que detalla que sus conclusiones eran iguales a su aún no publicada teoría. Con conocimiento de causa, Darwin se apresuró en publicar, el 24 noviembre de 1859, su mayor tratado, El Origen de las Especies después de 21 años, pues había proyectado su publicación para después de su muerte. En la Sociedad Linneana, se leen primeo los textos de Darwin seguidos por los de Wallace. Debido a este evento, Wallace coautor de la teoría de la Selección Natural, permanece en el olvido hasta nuestros días. Si bien esta teoría se le atribuye generalmente a Darwin, es justo y necesario mencionar que ambos, Darwin y Wallace, la desarrollaron.
Un punto crucial de las teorías darwiniana y lamarkiana es que no explican adecuadamente las variaciones que presentan los individuos y que tienen que ser forzosamente heredadas; en caso contrario, únicamente afectaría a un grupo numeroso de organismos, pero no al total de la especie.
Mendel, publicó en 1866 sus descubrimientos sobre las leyes de la herencia, sin embargo, Darwin nunca tuvo conocimiento de tales investigaciones lo que le impidió comprender la relación existente entre la selección natural y “los efectos del uso y del desuso”.
En resumen, podemos considerar las ideas de Darwin en cuatro puntos:
1. Las especies se originan unas de otras por una serie de variaciones y mutaciones aleatorias, las cuales han ocurrido a lo largo del tiempo.
2. El proceso evolutivo es continuo y gradual en todos los individuos, esto es, no ocurren saltos ni interrupciones, en donde una forma pase a otra muy distinta.
3. Todos los organismos semejantes están relacionados por medio de su historia evolutiva, donde se observan antepasados comunes.
La selección natural condiciona el curso del proceso evolutivo, es decir, la evolución de las especies no está forzada ni dirigida por una presión ajena a dicho proceso, sino que es un resultado aleatorio.
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