Si la ciencia se concibe como una actividad objetiva, cuyas explicaciones de los fenómenos son precisas y hasta exactas, al expresarse matemáticamente como resultado de observaciones y mediciones rigurosas, la conclusión es que tales explicaciones son verdaderas. Con frecuencia se habla de verdades científicas y las personas confían y tienen fe en la ciencia y sus resultados. Pero si analizamos un poco la historia del desarrollo científico, veremos que no hay verdades absolutas, debido a que la ciencia es un proceso de construcción continuo y por tanto no se pueden tomar como verdades acabadas. La ciencia es un proceso de aproximación al conocimiento de la realidad, con avances, retrocesos, estancamientos determinados por las condiciones socioeconómicas y culturales de cada momento histórico.
Hubo un tiempo en que afirmar, que los seres vivos se generaban espontáneamente a partir de materia inerte o que las especies eran inmutables, fueron verdades. En su momento esas explicaciones permitían entender la naturaleza y el mundo pero más adelante con los cambios del desarrollo social dejaron de serlo como probablemente sucederá con lo que hoy consideramos verdad científica.
La ciencia es un conjunto de conceptos articulados que se generan a partir de una institución constituida por una comunidad científica. Ésta colectividad es la que establece la validez científica de las investigaciones. Por ello, en lugar de considerar a las teorías y resultados de la ciencia como verdades absolutas, han de entenderse como verdades provisionales y explicaciones válidas en ciertos momentos histórico-sociales. Es decir, como el conocimiento no es completo la ciencia no toma una posición de absolutismo, por ello las teorías deben cumplir con estas características: ser pertinentes, desarrollar relaciones consistentes en cada área del conocimiento y ser suficientes para explicar los fenómenos en cualquier problema planteado.
Hubo un tiempo en que afirmar, que los seres vivos se generaban espontáneamente a partir de materia inerte o que las especies eran inmutables, fueron verdades. En su momento esas explicaciones permitían entender la naturaleza y el mundo pero más adelante con los cambios del desarrollo social dejaron de serlo como probablemente sucederá con lo que hoy consideramos verdad científica.
La ciencia es un conjunto de conceptos articulados que se generan a partir de una institución constituida por una comunidad científica. Ésta colectividad es la que establece la validez científica de las investigaciones. Por ello, en lugar de considerar a las teorías y resultados de la ciencia como verdades absolutas, han de entenderse como verdades provisionales y explicaciones válidas en ciertos momentos histórico-sociales. Es decir, como el conocimiento no es completo la ciencia no toma una posición de absolutismo, por ello las teorías deben cumplir con estas características: ser pertinentes, desarrollar relaciones consistentes en cada área del conocimiento y ser suficientes para explicar los fenómenos en cualquier problema planteado.
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