El óvulo de Drosophila es bilateralmente simétrico, su lado dorsal es aplanado mientras que el lado ventral es convexo. El polo anterior y el posterior se distinguen por ciertas diferenciaciones; por ejemplo, el micrópilo siempre se encuentra situado en la región anterior. Las dimensiones del óvulo son: 420 micras de largo (casi medio milímetro) por 150 micras de ancho. Sus membranas protectoras son el corion opaco y la membrana vitelina secretada por el óvulo
La fecundación es interna y ocurre en el útero. El óvulo al caer al útero ocupa la mayor parte de éste, quedando los filamentos dorsales del óvulo suspendidos en los oviductos. Los espermatozoides pasan al oviducto cuando se han liberado del receptáculo seminal del macho. Existe polispermia; o sea, que entra más de un espermatozoide. El ciclo vital de Drosophila melanogaster dura aproximadamente una semana si la temperatura ambiente es de 25 o C.
Larva: Después de un día sale la larva del huevo, blanca, segmentada y de forma de gusano. Las larvas son muy activas y comen constantemente; es fácil localizarlas gracias a sus partes bucales que son negras y se observan con facilidad, pues se mueven hacia atrás y hacia adelante continuamente. Todo este movimiento les permite formar surcos y canales, lo que demuestra que el alimento ha sido “trabajado” e indica el éxito del crecimiento del cultivo.
El desarrollo larval se caracteriza por incluir tres estadios (en el último alcanza hasta 4.5 mm. de longitud) y dos mudas larvales. La primera muda se presenta aproximadamente a las 24 horas y la segunda a las 48 horas de haber eclosionado el huevo. 96 horas después de la eclosión se forma la pupa.
En las larvas se distinguen 12 segmentos: un cefálico, tres torácicos y ocho abdominales. La boca se encuentra en el primer segmento en posición ventral, y al rededor hay ganchos quitinosos. Las larvas son transparentes, constan de cuerpos grasos de color blanquecino, intestino, tubos de Malpighi, gónadas que se encuentran insertadas entre los cuerpos grasos. El órgano circulatorio de la larva es un vaso dorsal musculoso y sus órganos más conspicuos son los respiratorios, un par de troncos traquéales que se extienden lateralmente de extremo a extremo.
El mecanismo primario de crecimiento en la larva es el de mudas. En cada muda total la cutícula y las estructuras bucales del insecto se desprenden y son de nuevo reconstruidas. El crecimiento de los órganos internos es gradual e independiente de las mudas.
La larva prepupal es muy inactiva, expande los espiráculos anteriores y pierde movimiento. Pronto se acorta y aumenta de volumen adquiriendo gradualmente la forma de pupa en la que no se nota la segmentación y su cutícula es de color blanco. Este estado dura un tiempo muy corto y es ideal cuando se quiere calcular la edad de la pupa.
La cutícula que se caracteriza en la prepupa por ser blanca, se endurece y se va oscureciendo lentamente hasta que, aproximadamente tres horas y media después, el organismo se encuentra absolutamente pigmentado, recibiendo la cápsula el nombre de “pupario”.
Cuatro horas después de la formación del pupario, el animal dentro de esta cápsula ha separado su epidermis dentro de la cápsula y se convierte en un organismo acéfalo, sin alas ni patas llamado “prepupa”. La prepupa se retira del medio de cultivo, fijándose a la superficie relativamente seca de la pared del frasco o se adhieren a la porción de gasa que se colocó previamente en el interior de cada frasco.
Los últimos estadios de la metamorfosis para formar el adulto se observan en el interior de la envoltura de la pupa, pudiéndose identificar con facilidad los ojos, las alas y las patas.
se organizan a partir de grupos específicos de células llamadas discos imaginales. Durante la metamorfosis
se “lisan” o destruyen por completo las glándulas salivales, los cuerpos grasos, el intestino y los músculos.
En cambio, el ganglio cerebral y los tubos de Malpighi permanecen sin sufrir alteración. Cuando la serie de cambios descritos termina, el adulto o imago emerge rompiendo el extremo anterior de la envoltura puparia. En poco tiempo las alas se extienden y el animal adquiere la forma de un insecto díptero. Al nacer las moscas son de color claro, pero poco a poco se van pigmentando. Mediante el criterio de coloración, es posible distinguir a las moscas recientemente emergidas de las que tienen varios días. Se oscurecen en pocas horas tomando ya la apariencia de la mosca adulta; viven alrededor de un mes.
Las hembras no copulan sino después de 10 horas de emergidas de la envoltura. Al copular almacenan considerables cantidades de espermatozoides que fecundan a los óvulos antes de la ovoposición.
Larva de Drosophila. Corte transversal mostrando la localización de las Glándulas salivales, el ganglio, las gónadas y otras estructuras.
quitina. (Del gr. χιτών, túnica). 1. f. Bioquím. Hidrato de carbono nitrogenado, de color blanco, insoluble en el agua y en los líquidos orgánicos. Se encuentra en el dermatoesqueleto de los artrópodos, al cual da su dureza especial, en la piel de los nematelmintos y en las membranas celulares de muchos hongos y bacterias.
micropilo. (De micro- y el gr. πύλη, puerta). 1. m. Biol. Orificio de la cubierta del óvulo de algunos animales, como insectos y peces, por el cual penetra el espermatozoide. 2. m. Bot. Orificio que perfora las membranas envolventes de la nuececilla, por el cual penetra en el óvulo vegetal el elemento masculino para la fecundación
conspicuo, cua. (Del lat. conspicŭus). 1. adj. Ilustre, visible, sobresaliente.
crisálida. (Del gr. χρυσαλλίς, -ίδος, crisálida, de χρυσoς, oro, por su frecuente color dorado). 1. f. Zool. En los insectos con metamorfosis completa, estado quiescente previo al de adulto.
quiescente. (Del lat. quiescens, -entis). 1. adj. Que está quieto pudiendo tener movimiento propio.
cutícula. (Del lat. cuticúla). 1. f. película (‖ piel delgada y delicada).
vulgo. (Del lat. vulgus). 1. m. El común de la gente popular. 2. m. Conjunto de las personas que en cada materia no conocen más que la parte superficial.
eclosionar. 1. intr. Dicho de un capullo de flor: abrirse (separarse los pétalos). 2. intr. Dicho de una crisálida o de un huevo: Romperse su envoltura para permitir la salida o nacimiento del animal.
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