En las civilizaciones antiguas, mucha gente estudiaba la naturaleza, la observaban y proponían hipótesis o explicaciones, para lo que veían.
Sin embargo, sus hipótesis muy pocas veces eran sometidas a pruebas. Antes de empezarse a usar el método científico, no se obtuvieron respuestas confiables a las interrogantes que había acerca de la naturaleza. Ha habido varias hipótesis en relación con la forma en que se originan los seres vivientes.
La generación espontánea es la hipótesis que dice que los seres vivientes se pueden originar de materia no viviente.
El maestro y filósofo griego Aristóteles (384-322 AC) creía en la generación espontánea. Aristóteles había observado una charca durante un largo período de sequía. El agua de la charca se fue secando hasta que solo quedó fango
en el fondo. Al terminar la sequía, la charca se volvió a llenar de agua. Aristóteles observaba que, al principio, no había peces. Después, observó peces en la charca. Aristóteles llegó a la conclusión de que estos peces no habían sido producidos por otros peces, porque todos los peces que había antes murieron durante la sequía. Llegó a la conclusión de que los nuevos peces habían salido del fango.
Aristóteles creía también que las moscas salían de la carne podrida de los animales. Pensaba que otros tipos de insectos salían de la madera, de las hojas secas y hasta del pelo de los caballos. Aristóteles creía en la abiogénesis, que es otro nombre para la generación espontánea.
Hasta la mitad del siglo 17, la mayor parte de la gente aceptó la hipótesis de la generación espontánea.
Francisco Redi (1626-1697), un médico y científico italiano, no estaba convencido de que las moscas salían de la carne podrida. Redi observó que las moscas se posaban en la carne podrida. Redi también observó que en la carne aparecían pequeños organismos blancos parecidos a gusanos. Estos gusanos se comían la carne podrida. Eventualmente, los gusanos dejaban de moverse y se convertían en pequeñas estructuras ovaladas. Redi colocó algunas de estas estructuras en frascos de cristal y los cubrió. Después, notó que de estas estructuras salían las moscas. Estas moscas se parecían a las moscas que había observado antes en la carne podrida. Redi formuló la hipótesis de que las moscas que se habían desarrollado de los gusanos eran la progenie de las moscas originales.
Redi diseñó un experimento para determinar si se desarrollaban gusanos en caso de que no se dejara a ninguna mosca entrar en contacto con la carne. Puso carne en ocho frascos. Cuatro de ellos permanecieron abiertos. Selló los otros cuatro frascos. En los frascos abiertos, observó que había moscas continuamente. Después de un corto período de tiempo, había gusanos solo en los frascos abiertos. Redi llegó a la conclusión de que los gusanos aparecían en la carne descompuesta solo si las moscas habían puesto antes sus huevos en la carne.
Los que se oponían a las ideas de Redi porque apoyaban la idea de la generación espontánea, alegaron que no se había permitido que el aire entrara a los potes sellados. Ellos decían que la falta de aire evitaba que hubiera generación espontánea. Redi rediseñó su experimento y usó cubiertas. Estas cubiertas permitían que entrara el aire, pero dejaban fuera las moscas. No aparecieron gusanos en los potes cubiertos de esta manera.
Los experimentos de Redi confirmaron la hipótesis de la biogénesis. La biogénesis es la hipótesis que propone que los seres vivientes provienen de otros seres vivientes. Los experimentos de Redi presentaron evidencia en contra de la hipótesis de la generación espontánea.
Los proponentes de la generación espontánea aceptaron la hipótesis de que las moscas provienen de moscas. Sin embargo, todavía creían que los microorganismos, organismos muy pequeños que solo se ven a través de un microscopio, se producían por generación espontánea.
NEEDHAM, SPALLANZANI Y PASTEUR
Entre los proponentes de la hipótesis de la generación espontánea, estaba John Needham (1713-1781), un científico inglés. Needham llevó a cabo numerosos experimentos en los que preparaba unos caldos de carne y vegetales. Entonces, los dejaba estar en envases con tapones de corcho que no estaban bien ajustados. De hecho, creía que, al hervir los caldos, mataría todos los microorganismos que había en ellos. Pasados unos días, Needham observó que los caldos contenían microorganismos. Needham llegó a la conclusión de que los microorganismos tenían que haberse desarrollado de los caldos. Los descubrimientos de Needham apoyaron la hipótesis de la generación espontánea de los microorganismos. Él no se dio cuenta de que los microorganismos pudieron entrar porque los frascos no estaban bien cerrados.
Lazzaro Spallanzani (1729-1799) era un científico italiano que repitió los experimentos de Needham. Spallanzani tuvo particular cuidado al hervir las mezclas y al llenar los frascos. Usó corchos para tapar la mitad de los frascos. Selló herméticamente la otra mitad de los frascos. Spallanzani observó que los seres vivientes aparecieron solamente en los frascos tapados con corcho. Presentó este experimento como evidencia de que no hay generación espontánea. Pero los proponentes de la generación espontánea señalaron que se había excluido el aire de los frascos sellados. Sostenían que el aire era esencial para que hubiera generación espontánea. Los biogenesistas, sin embargo, creían que el aire era la fuente de la contaminación y había que excluirlo.
Empezó colocando caldo en varios frascos. Después, calentó los cuellos de algunos de los frascos y les dio la forma del cuello de un cisne (como se ilustra a continuación)
El resto de los frascos tenían los cuellos derechos. Entonces, Pasteur hirvió el caldo de todos los frascos, permitiendo que saliera vapor de los cuellos de los frascos. Los frascos con cuellos derechos fueron expuestos al aire y sellados después. Los microorganismos crecieron solamente en los frascos con el cuello derecho.
La forma de cuello de cisne en algunos de los frascos permitía que entrara el aire. Pero las partículas de polvo se quedaban en las partes de abajo de los cuellos. Al no generarse microorganismos en estos frascos, Pasteur llegó a la conclusión de que la generación de microorganismos dependía directamente de la contaminación por los microoganismos de las partículas de polvo que hay en el aire. El trabajo de Pasteur confirmó la hipótesis de la biogénesis.
Buscaba la manera de explicar a mis poquísimos lectores lo que se tiene por generación espontanea, y caí en tu blog.
ResponderEliminarA tu blog les remito, pues nada podría yo añadir a lo que ya has tu escrito.
Enhorabuena por la concisión y claridad de tus artículos.
Muy buena informacion Gracias
ResponderEliminarmuy buena informacion y ademas muy concreta y muy directa al punto
ResponderEliminarGracias por esta informacion.
Tienes un buen blog...